EL Storytelling DEL GOBIERNO QUE RESISTE
Desde que entramos en crisis no cesa el embate de la clase empresarial y sus adláteres, caso del Gobernador del Banco de España, interesados en aprovechar la coyuntura para obtener sus viejas reivindicaciones. Algo lógico de no ser porque el Gobierno parece cómodo con una situación que la ciudadanía más afectada vive estupefacta, pues quienes provocaron la crisis pretenden sacar partido de la misma sin que quien tiene el poder para hacerlo les ponga en su sitio.
¿Por qué Zapatero no toma decisiones contundentes, caso de la intervención de los bancos que no dan créditos pese a haber sido avalados con nuestros impuestos o la promulgación de una Ley laboral al margen de lo que diga la patronal? Probablemente, porque usa el “Storytelling” o técnica de la “escenografía política” del Gobierno que resiste pese a la presión de la derecha económica, con vistas a futuros procesos electorales…
Dicha táctica sería aceptable si el Gobierno sumase a dicha representación la posterior adopción de medidas de política económica que supongan conquistas de izquierda, pero desilusiona a los votantes porque según avanza la legislatura comprueban que no verán en estas materias nada parecido a lo que en derechos ciudadanos han supuesto leyes tan avanzadas como la del Matrimonio Homosexual o la de Dependencia.
Así, todo apunta a que seguiremos igual: la patronal reclama primero un contrato con 20 días de indemnización por año trabajado y el Gobierno se niega, pasando por “salvador” de los menos favorecidos, en vez de dar una vuelta de tuerca y elevar la cifra a 45 días, por ejemplo, para que se igualen todos los contratos con los de quienes tienen mejores derechos laborales, pues ya hay quien sólo cobrará 33; después, la CEOE eleva sus reivindicaciones y el ministerio de Trabajo responde con una nota de prensa impropia de un Gobierno en el que se leen frases como estas:
“Lo que realmente ha causado un profundo malestar en el Gobierno es el contenido de la propuesta que, no solo no respeta las líneas rojas en las que se basaba todo el proceso de diálogo, sino que por ejemplo exigen que los trabajadores no tengan posibilidad de defensa jurídica en caso de despido.
Es decir, no solo despido más barato, sino que despido libre. El Gobierno ha convocado esta misma noche, poco antes de la diez, a sindicatos y a empresarios a una reunión mañana por la tarde en la que se intentará que los empresarios expliquen a que se debe su cambio de actitud, al exigir unas medidas que en ningún caso y por distintas razones, ni el Gobierno ni los sindicatos pueden admitir”.
¿Profundo “malestar”? ¿Se “intentará” que los empresarios “expliquen” su cambio de actitud? ¿El Gobierno “no puede admitir” dichas medidas por “distintas razones”? ¿Eso es todo lo que puede decir un Gobierno del PSOE al que la patronal le presenta un documento en el que, según reconoce el ministerio, se pide el “despido libre”?
Para rematar la faena, leemos por la prensa que hubo que recordarle al líder de la CEOE, ante testigos cualificados, quién es “el presidente de todos los españoles, no sólo de los tuyos”, en una frase que Zapatero quizás considere una medida de fuerza, pero que la derecha estimará como muestra de debilidad porque hay cosas que no hacen falta reafirmar. “Gerardo, soy el presidente del Gobierno, que no se te olvide”, dicen que se escuchó en La Moncloa…
El colmo es una amenaza que, de ser cierta, pone los pelos de punta: “Os doy 48 horas. Si esto no evoluciona, actúo como Gobierno”.
Entonces, hasta ahora, ¿como qué ha actuado?
POSDATA: Por si alguien no sabe qué es el “Storytelling” o “escenografía política”, dejo a los interesados unos enlaces que dan a conocer parte del trabajo de uno de los mejores especialistas en esta disciplina de la comunicación.
2 comentarios
Franesco -
Ojalá que al necesitar el apoyo de los otros partidos de izquierda para los PGE podamos salir bien librados de esta.
Runaway -
En este caso que nos ocupa me da a mi en la nariz que va a pasar lo mismo que lo que pasó con el tema de Garoña: Zapatero mucho ponerse gallito , para terminar al final cediendo a la presión del lobby nuclear. Ojalá me equivoque, pero con el lobby empresarial va a pasar lo mismito; sólo hay que esperar unos meses.