HAY TRABAJOS Y TRABAJOS
A nadie consciente le cabe duda de que en los tiempos que corren, por la longevidad y por la escasa carga de trabajo de algunos oficios, es posible y hasta recomendable extender la edad de jubilación más allá de los 65 años regulados por la norma laboral. Pero de ahí a reclamar que la edad de jubilación se amplíe de forma lineal, como si fuera lo mismo trabajar desde los 15 años hasta los 65 años como camarero, con más de 50 años de ejercicio -se dan muchos casos-, que representar a la patronal, media un abismo.
Nadie pone en duda la importancia del trabajo desarrollado por Díaz Ferrán, junto con su socio y amigo Gonzalo Pascual, en el ámbito del transporte de viajeros y el turismo, pero tampoco que es bastante más duro –y merecedor de una jubilación temprana- cargar y descargar durante años las maletas que se suben a un autocar que decidir desde un despacho los horarios de una flota de autobuses.
El presidente de la CEOE debería asumir que si tantos años de trabajo de los que presume no le han servido para comprender algo tan evidente, muchos dudaremos de su capacidad intelectual y constataremos que sigue habiendo demasiado caciquismo entre el empresariado español.
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