MALDITAS PULSERAS
Resulta que durante un permiso penitenciario un psicópata llamado Maximino Couto ha asesinado a su ex pareja y ha tratado de hacerlo con otra previa, porque algún funcionario no estaba cumpliendo con su deber... Esa es la explicación oficial de un suceso que ha deparado una muerte y cuatro heridos, explicación que sin duda será cierta y con la que algunos parecen darse por contentos. “Hemos detectado el fallo”, se lee.
¿Fallo? ¿Error humano? ¿Descuido? ¿Pero a nadie le parece intolerable que la vida de una mujer dependa de la posible atención de un funcionario? ¿Por qué cargar las culpas contra un trabajador que, es posible, hizo mal su trabajo? ¿Supone eso que en cuanto uno de nuestros empleados públicos atienda la llamada telefónica de su hijo enfermo, o acuda al cuarto de baño con un apretón, y no esté permanentemente atento en su puesto, puede ocurrir otra muerte?
Al parecer, el ministro de Justicia es uno de los que asume que todo se trata de un error. "Realmente es dramático que ocurra, el error humano está presente en todas nuestras actividades, la cuestión es cuando a ese error humano se anuda una consecuencia que tiene que ver con ese error", ha dicho a RNE. En su opinión, "es el error quien permite que la situación se produzca", aunque matiza que este caso "se debe a otras causas". "Realmente el deseo de venganza de esta persona está en primer plano", ha añadido.
Pues claro, señor ministro: ¿pero es que alguien duda de que el hombre que maltrata, y que por ello va a la cárcel, desea vengarse de su mujer? Como eso es algo seguro, la obligación de nuestros responsables es –intentar– que el potencial delincuente no pueda llevar a cabo su objetivo.
Hay que acabar con esas malditas pulseras que, algún día alguien explicará por qué —¿serán un negocio?, ¿será que no hay sitio en prisión para tanta gente como delinque?—, se han puesto de moda en todo el mundo...
7 comentarios
Silvia -
Besos, Charlie.
charlie, o terror dos funcionarios -
FRANESCO, lo de la superpoblacion me referia a la planetaria, que a estas alturas hay que follar mas, pero haciendo menos ninhos, que ya somos demasiaos.
Franesco -
En todo caso, sobre el asunto que trato en el post, yo no culpo al funcionario, sino a quien puede decidir cambiar el modelo de la pulserita, que no es otro que el ministro de Justicia, quien a su vez, antes de ser ministro, también era funcionario de la carrera judicial... Quizás sea eso.
Besos.
Silvia -
Cabe la posibilidad de que sea negligencia por su parte e incluso un despiste, todos somos humanos. No obstante, dejar que haya un sistema que dependa de un funcionario/a y que pueda dar lugar a este tipo de consecuencias en las que nos jugamos vidas humanas, habría que mirar la forma de mejorarlo, para impedir que más víctimas mueran a manos de sus amenazadores.
UN BESO A LOS DOS.
Franesco -
CHARLIE: Seguro que el funcionario era un vago, claro, o al menos podía serlo porque eso abunda. ¿Pero entonces van a depender las mujeres amenazadas de que nuestra clase funcionarial varíe su pauta de comportamiento? Mal vamos. En cuanto a la superpoblación carcelaria (¿y planetaria?), a mí me da que hay más delincuentes fuera que dentro...
charlie, o terror dos mares -
Y en cuanto a la segunda parte, si es verdad que en prision no hay sitio suficiente, ni en Espanha ni, aparentemente, en ningun otro pais. Cosas de la superpoblacion?
Millan -
Un saludo.