CINK: AGENCIA DE AGITACIÓN 2.0
Tras darle vueltas al asunto y leer casi todo lo que se ha escrito al respecto, ofrezco mi opinión sobre CINK desde el punto de vista profesional de un periodista interesado por la comunicación empresarial.
Ello me obliga a publicar un post bastante más largo de lo acostumbrado...
¿Qué es CINK?: una empresa de reciente creación, de la que forman parte varios expertos en internet y blogueros de referencia, que ofrece a empresas terceras servicios de agitación y dinamización 2.0 a precios muy competitivos. Esto es: una suerte de agencia de comunicación externa, pero que aporta la novedad de utilizar el conjunto de recursos que ofrecen las redes sociales. Con la seguridad, añadiría, de que el equipo de dirección sabe lo que se trae entre manos.
A priori, entiendo que la propuesta resultará atractiva para muchas empresas, que suelen limitarse a contar con una página web en la que incluyen noticias sobre sus productos y cuyas novedades sólo alcanzan a quienes de antemano visitan su web o están suscritos a una lista de correo de envío periódico poco actualizada.
De hecho, por mi profesión periodística, sé que la mayoría de las compañías tienen externalizadas buena parte de sus tareas de comunicación y las que atañen a la red no son excepción. La política de imagen corporativa depende, por supuesto, de la matriz, pero empresas subcontratadas se encargan del trabajo diario, que realizan a partir de unas pautas dadas: ¿Te remiten una nota de prensa y llamas a quien la firma para ampliar la información? Una agencia de comunicación...; ¿Te llega un e-mail y respondes para solicitar una entrevista? Una agencia de comunicación...; ¿Se te convoca a una rueda de prensa y contactas para confirmar tu presencia? Una agencia de comunicación...
El principal motivo (no único) de esa externalización es la habitual rotación laboral en el ámbito empresarial: si las políticas de comunicación son tan necesarias (no dejan de ser políticas enfocadas a las ventas), se pretende evitar que el trabajador (periodista o no) que dirige el gabinete de comunicación pueda irse de la empresa, como hacen otros empleados, poniendo en riesgo la política de comunicación de la empresa, que suele depender mucho de quien la desarrolla. Eso, por no hablar de los contactos con los medios de comunicación, difíciles de obtener y que no deben depender de que un trabajador decida seguir o no en su puesto... En definitiva, que sale más rentable contratar una agencia externa donde hay profesionales de la suyo (comunicar) que fichar a quien puede salir disparado de la entidad detrás de una oferta superior a la que le hizo ingresar en la misma.
Argumentado lo anterior, entiendo que igual sucederá con CINK y otros que, a la vista del éxito de la propuesta, nacerán para ofrecer una especialización de la comunicación empresarial en el (para negocios acostumbrados a escenarios más primitivos) tan desconocido y cambiante mundo de las redes sociales e internet...
Hasta aquí, podemos colegir que CINK es otra empresa joven más, audaz en su planteamiento y a la que debemos desear el mayor de los éxitos. ¿O no...? No lo parece, si nos fijamos en la batalla que la semana pasada ha vivido la red.
¿A qué se ha debido la desaforada polémica? He tratado de comprenderlo, pues pocas veces había visto reacciones tan furibundas ante el lanzamiento de un nuevo proyecto empresarial. También intentaré explicarlo:
Consideremos de inicio que a la cabeza de la iniciativa parecen estar Sergio Cortés (consejero delegado) y Marc Vidal (director general), acompañados por Roc y Pol Fages, Albert Rius y César Calderón: todos con acreditada trayectoria en la red, tenidos por referentes y, por tanto, objeto de crítica por parte de quienes aún no alcanzan (y lo pretenden) similar notoriedad en el ambiente de egocentrismo que vive la blogosfera y del que todos somos sabedores (¿copartícipes?).
Aunque, en realidad, la mayor parte de la crítica no surge por una mera cuestión de celos, ni se debe a la secular envidia hispana, ni siquiera al hecho de que alguien se haya dado cuenta de un nicho de mercado en el que otros no habían reparado. No.
La cuestión es más simple: hay quien se dedica a lo mismo, pero sin profesionalizar su actividad; gente que hace las cosas de forma artesanal y que las hace porque aún son pocos los que dominan la materia; gente a la que se le viene abajo un chiringuito montado por la falta de mano de obra cualificada y que trabajaba de modo bastante chapucero; gente de la cual convendrá prescindir si las estrategias de comunicación en la red pueden acometerlas personas solventes y fiables...
Muchos blogueros lo señalan:
Algunos otros comentarios, también sujetos a la argumentación, enfocan su crítica a aspectos concretos poco definidos en la campaña de lanzamiento de CINK, caso del publicitado uso de herramientas como Menéame, o la comercialización de paquetes de servicios muy cerrados, o incluso de las tarifas de dichos paquetes...
A todos ellos ha contestado con rapidez el director general de la empresa (a quien, por otro lado, no reconozco su pretendida erudición en economía política, lo cual no afecta a este asunto), que ha demostrado tener la paciencia que requiere el trato con clientes y reconoce que varias ideas del modelo de negocio son (no puede ser de otro modo cuando se persigue el éxito) susceptibles de modificación:
En definitiva, que CINK cumple lo de estar en manos de personas solventes y fiables, que además reconocen sus errores, que son todo oídos y que, como todo aquel aventurero empresarial, modifican su proyecto tras estudiar las críticas y se ajustan a lo que consideran puede ser más provechoso para su proyecto.
Personas, desde luego, que no escriben cosas que harían que cualquier directivo de cualquier compañía les vetase su entrada en cualquiera de sus oficinas... Porque no todo, y menos en este mundo de la tribu cibernética, iba a limitarse a un análisis de contenido empresarial...
A muchos blogueros no sólo les ha molestado que se haga uso en el ámbito comercial de las herramientas que nacieron (¿seguro?) para uso social, sino que quienes lideren la iniciativa hayan hecho causa (su apuesta implica que siguen haciéndola, ¿o no?) de las bondades de las redes sociales.
Así, muchos comentarios han sido del tipo: “No esperaba esto de vosotros”, “tantos años defendiendo la libertad de la red y abandonáis el espíritu aventurero para subiros al carro del negocio...”; “externalizar la web 2.0 no es el objetivo: la empresa en sí misma debe ser 2.0, no puede ser que otros hagan ese trabajo...”. Casi todos, insustanciales...
¿Por qué no va a estar al servicio de la comunicación empresarial lo que ya es un éxito en el ámbito social? ¿Es que no se puede cobrar a las empresas por darle un servicio que, sin duda, necesitan? ¿O es que la red tiene que limitarse a ser centro de reunión en el que cada quisque diga en su blog las verdades o mentiras que le parezcan oportunas o chatee con sus compadres?
Especialmente sucios han sido los ataques con intencionalidad política, derivados de la adscripción progresista de alguno de los componentes de CINK. ¿Pero es que sólo se puede montar empresa si se tienen apellidos compuestos o la tarjeta de visita es de papel verjurado? ¿Acaso son comunistas quienes más critican? Que alguien me explique, si puede, lo siguiente:
”¿Tanta utopía y tanto valor para esto?”
Como es sabido, cuando de ataque político se trata hay que apuntar a todo aquel que se aproxima, aunque no sea el objetivo:
“Creación de una nueva calificación en todo esto de la blogocosa, el lameculerismo 2.0” ó ”Si quiere leer más sobre chupopteros 2.0 no tiene que ir muy lejos”
Desde luego, no sé por qué se quejan algunos, si desde ya tienen la oportunidad de gritar a los cuatro vientos que están en contra de este modelo de negocio 2.0 y que ellos son los puros de la blogosfera...Eso sí: asumiendo, al menos quienes militen en el PSOE, que el artículo 3 de los Estatutos Federales prohíbe “la formación de tendencias organizadas”...
Porque, ¿cómo si no puede denominarse a esta coincidente y pueril aberración lingüística?
“En este artículo les propongo un viaje a las cloacas de la blogocosa”
“la blogocosa hispana se mueve casi totalmente por enchufismo y colegueo”
Sin duda, hay mucho artista en esto de internet...
P.D.: Durante unos días no atenderé el blog (“puenteo”).
8 comentarios
Franesco -
En eso no entro. Hace tiempo que, por mi profesión períodística y porque resulta imposible leeer las mentes de los demás, he dejado de intentar interpretar las intenciones, sino los hechos.
Un saludo.
Edgar Rovira -
Es más, ahora que lo dice no se porqué le doy tantas vueltas al tema. Es evidente que el comunista no era comunista, sino que lo que quería era tener un BMW. Y que (sin la blogosfera de por medio) ninguna de las dos cosas era censurable.
PD: Se percata y opina. Aunque no hay nada de malo en eso.
Franesco -
@ Edgar Rovira: creo que en su caso, coincidiendo con lo que dice su coautor Jorge Galindo, las conexiones que hizo entre ética y política eran desafortunadas y se parecen a esas del tipo "es comunista pero le gusta tener un BMW" (¡pues claro!). En cuanto a la elección y enlace de sus frases, podría haber escogido esta otra: "Yo no llevo 3 años, o más, escribiendo un blog super 2.0 y paseándome por todos los rincones dando conferencias que tenían que cambiar el mundo. Ellos (algunos de ellos) sí. ¿Y ahora montan esto con la misma jeta?". A ese aparente rencor, que también lleva a invalidar en parte su análisis, es al que me refiero.
¿A mí qué más me da que sean ustedes amigos o enemigos de los promotores de CINK? Incluso, ¿qué más me da da que CINK triunfe o fracase? Es a muchos a los que parece que ello interese o moleste. Yo me limito a percatarme de la situación.
Edgar Rovira -
Me da igual si los integrantes de Cink son rojos, azules o verdes.
De hecho, dejo bien claro en los mismos comentarios que me parece cojonudo que alguien gane dinero con esto del 2.0.
No soy purista, ni fundamentalista 2.0, ni nada por el estilo. Me parece bien el negocio lo que no me parece bien es el discurso.
Es notable la diferencia, entiendo.
Santi Benítez -
En cuanto a que podemos gritar a los cuatro vientos lo que nos dé la gana, pues oiga, estaría bueno que no pudiéramos. Es más, esas herramientas sociales nos permite gritarlo a los cuatro vientos dándole todo el bombo y platillo que podamos... sobre todo cuando creemos que alguien intenta aprovecharse de nosotros. Porque no sé si se da cuenta de que la empresa de la que estamos hablando lo que quería, en principio, era vender precisamente el uso de las herramientas que utilizamos aquellos que tenemos blogs y fomentamos la conversación, en vez de utilizar las herramientas de comunicación empresarial en red que existen - Ah, y antes de que lo niegue le vuelvo a recordar el menéame-.
Y más nada. Ah, y gracias por el enlace, que siempre viene bien (je).
Ôo-~
Franesco -
@Rosas Verdes: danos un toque al móvil (entiendo que lo tienes, si no te lo envío a tu mail) cuando andes otra vez por Vera y te parezca oportuno salir a tomar una copa. Nosotros estaremos por ahí hasta el Congreso del PSM.
Rosas Verdes -
Qué pena, coñes
Jorge Galindo -
Respecto a aquellas que hacen referencia a cuestiones relacionadas con ética y política, me desmarco completamente. Son de mi coautor Edgar Rovira, y no estoy para nada de acuerdo con ellas. Mi crítica a Cink, presente en la entrada que Ud. enlaza, y en la que Edgar realiza los comentarios aquí citados, va por otros derroteros: creo, básicamente, que este modelo incurre en el fallo de empezar la casa de la presencia de las empresas en internet por el tejado.
En cuanto al hecho de haber utilizado tres vulgarismos, obvias incorrecciones lingüísticas, en la última frase que cita, no creo que esto invalide su contenido. Si acaso, lo refuerza y enriquece. Creo firmemente que la blogosfera estatal (y supongo que mundial) cuenta con unas fuertes redes clientelares formadas a partir de afinidades informales, y a veces también económicas. ¿Así dicho le parece a Ud. mejor?