LA ARAÑA NEGRA

LA ARAÑA NEGRA, de Vicente Blasco Ibáñez, es una buena novela que, a modo de folletín, relata las vicisitudes en la España del XIX de una aristocrática familia a la cual la Compañía de Jesús manipula, durante más de medio siglo, con objeto de hacerse con su fortuna. Cosa que los disciplinados seguidores de San Ignacio de Loyola, ad majorem Dei gloriam, conseguirán con esfuerzo y dedicación.

Compré hace un par de meses los dos volúmenes en la Cuesta de Moyano por 25 euros (se trata de una edición de 1975, de A.T.E.), y reconozco que su lectura, que acabo de terminar, se me ha hecho algo pesada. No en vano, hablamos de sendos tomos de 577 y 557 páginas, respectivamente.

Algo sobrevalorado, quizás, el relato retrata con cierto maniqueísmo una oscura época que resume con su lamento uno de los revolucionarios protagonistas del advenimiento y posterior desaparición de la Primera República: “Estoy convencido de que el país que después de lo del 68 y del 73 admite y sostiene la restauración de los Borbones, es una nación perdida, un pueblo que no merece que nadie se sacrifique por él”.