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ME SABE MAL, el blog de @Franesco

UN CUARTO DE SIGLO

UN CUARTO DE SIGLO

La selección española de baloncesto ha perdido de forma honrosa y brillante la final de los Juegos Olímpicos de la especialidad frente a la de Estados Unidos (107-118), en un partidazo que llega casi un cuarto de siglo después de la cita que reunió a los mismos protagonistas, cuando entre Pat Ewing y un Michael Jordan que iba para figura nos barrieron de la pista (96-65, en un partido que televisaron ayer La 2 y Teledeporte y que a más de uno sonó a repetición de los dibujos de Heidi o Marco; pero que a mí me encantó recordar).

 

La actual generación es la mejor de nuestro baloncesto, sin duda, pero no olvidemos al equipazo de 1984 (se eliminó en semifinales a la Yugoslavia de los dos Drazen: el magnífico Dalipagic y el jovencísimo Petrovic) formado por Corbalán, Solozábal, Romay, Martín (el gran Fernando, a quien su actuación le convertiría en el primer NBA español), Epi (el Superepi de la Nocilla), Iturriaga, Jiménez, Margall, Arcega, De la Cruz, Llorente (“Jou”) y Beirán. Quizás este se merecía la convocatoria, pero aún recuerdo mi cabreo cuando el histórico seleccionador Díaz Miguel lo llevó en lugar de mi ídolo, el negrito Chicho Sibilio.

 

Entonces fue en Los Ángeles, en una final disputada a las cuatro de la madrugada (vamos mejorando con los horarios: hoy ha sido a las 8:30) que para mí supuso el culmen de unos Juegos de 1984 con los que me atrapó para siempre la pasión deportiva... Para un niño que acababa de aprobar 5º de EGB y disfrutaba de tres meses de vacaciones fue un verano increíble:

 

De la piscina, nunca olvidaré la final de los 100 metros mariposa, que enfrentó al alemán Michael “Albatros” Gross y al estadounidense Pablo Morales; tampoco, la exhibición desde el trampolín de Greg Louganis (a todos emulaba, dándose mejor desde entonces el mortal hacia atrás y hacia adelante que nadar a mariposa...).

 

En gimnasia deportiva, quedé extasiado con el épico duelo entre la rumana Ecaterina Szabo y la norteamericana Mary Lou Retton, que acabó ganando la clasificación individual femenina; en hombres, aluciné con algunos de los ejercicios del chino Li Ning, el mismo que encendió el pebetero en estos Juegos de Pekín.

 

En el estadio, el gran triunfador fue Carl Lewis, con sus cuatro oros en 100, 200, relevo 4x100 y longitud, aunque a los españoles casi nos resultó más emocionante el bronce de José Manuel Abascal en los 1.500 metros, prueba reina cuyo ganador fue el británico Sebastian Coe, magnífico atleta que junto con Tony Blair y sus actuaciones de lobby birló a Madrid los Juegos de 2012; también me cautivó Edwin Moses, quien se había trastabillado con el juramento olímpico en la ceremonia inaugural y arrasó en los 400 vallas como ocho años antes en Montreal 1976...

 

También me encandiló el concurso de altura, que entonces cerraba los Juegos, donde destacó (como siempre sin ganar) el sueco Patrick Sjoberg; qué decir del marroquí Said Aouita, quien consiguió su único oro olímpico en los 5.000 con récord aún vigente; pero reconozco que para un chaval de 11 años lo que más sorprendían eran las largas uñas de Florence Griffith (cuyo estrellato mundial empezó en Seúl 1988 y quien, sin duda por el dopaje, acabó muriendo con sólo 38 años), además del Decathlon que se marcó un tal Daley Thompson.

 

Para acabar con Los Ángeles, hay que resaltar que acudieron 183 españoles, de los que sólo 23 eran mujeres; a Pekín hemos desplazado a 293, de las que 123 mujeres; en Barcelona, por aquello de que los anfitriones logran la clasificación directa en todos los deportes de equipo, participaron 493 (no sé cuántas mujeres, porque no lo he podido encontrar).

 

Respecto de la actualidad, considero notable el rendimiento español en Pekín 2008, aunque no el mejor de su historia, por supuesto, pues resulta difícil igualar los 13 oros de Barcelona si somos tan mediocres en la piscina (al margen de la sincronizada, que no deja de ser algo distinto, como los saltos desde palanca y trampolín), el tatami y el estadio. No en vano, en 1992 se ganaron por primera vez pruebas al margen de la vela, destacando las del atletismo (Fermín Cacho en 1.500 metros y Dani Plaza en 50 km. marcha), el judo (Miriam Blasco y Almudena Muñoz, en 56 y 52 kg., respectivamente) y la natación (Martín López-Zubero en 200 espalda). Dejaremos para otra ocasión lo del posible dopaje de algunos medallistas españoles en aquellos Juegos...

 

La siguiente es la evolución de la actuación olímpica española moderna:

 

2008: 18 medallas: 5 oros, 10 platas y 3 bronces

2004: 19 medallas: 3 oros, 11 platas y 5 bronces

2000: 11 medallas: 3 oros, 3 platas y 5 bronces

1996: 17 medallas: 5 oros, 6 platas y 6 bronces

1992: 22 medallas: 13 oros, 7 platas y 2 bronces

1988: 4 medallas: 1 oro, 1 platas y 2 bronces

1984: 5 medallas: 1 oro, 3 platas y 2 bronces

1980: 6 medallas: 1 oro, 3 platas y 2 bronces

1976: 2 medallas: 2 platas

1972: 1 medalla: 1 bronce

 

En cuanto al olimpismo en general, para la historia quedará que la primera medalla de oro española las ganaron en Moscú 1980 Alejandro Abascal García y Miguel Noguer Castellvi, (al margen de una anécdota de 1900 en la que ni se llegó a competir) en la categoría Flyng Dutchman de vela.

 

Cabe añadir que la presencia de España en aquellos Juegos del boicot occidental supuso, además del acierto político de que un país postfranquista participara en casa del hasta entonces ogro comunista (no sólo por aquello, pero también, habrá que estarle siempre agradecidos a Juan Antonio Samaranch, quien animó a la decisión como ex embajador español en la URSS), el despegue definitivo del deporte nacional.

 

Para terminar, deseemos que si el régimen soviético sólo aguantó nueve años tras sus juegos, con los chinos suceda otro tanto. El mundo, pero sobre todo la ciudadanía china, lo necesita.

6 comentarios

Alberto Ginel Saúl -

Sí, Fran, espero que sí. En teoría estaré por allí.

Un abrazo compañero

Lidia -

Uys eres de mi quinta, sigue escribiendo, me encanta leerte, un saludín

Franesco -

Desde luego, Alberto. Los yanquis iban con la lección bien aprendida y no se dejaron sorprender: cada vez que nos poníamos a 4-5 puntos, y fueron unas cuantas, triplazo desde siete metros que te crió... Si a eso le unimos el cierto tinte profavorito de los árbitros (no creo que influyeran en el resultado final, pero sí que te hacían las cosas más cuesta arriba con el rollo de los pasos no pitados...), ganar fue misión imposible.

Por supuesto, fue una medalla honrosa, pero a ver si antes de otros 25 años, cuando todos los nuestros sean NBA y tengamos algún gringo nacionalizado, nos los pasamos por la piedra...

¿Te veo en el Congreso del PSM?

Franesco -

Hola, Lidia:

También yo era pequeño, porque sólo tenía 11 años, y más que el partido de lo que me acuerdo es de la jornada en sí: no acostarme para llegar despierto al inicio (4 de la mañana; tenía mieod de dormirme y no despertarme a tiempo, así que no dormí...), junto con los amigos con quienes pasaba el verano, la fiesta durante el partido, los churros y el chocolate que compraron los padres para que desayunáramos todos juntos; etc.

Por eso me gustó la repetición de La 2, para recordar el partido...

En cuanto a los actuales, si hubiese podido jugar Calderón y metido sus 10-15 puntos, lo mismo les habíamos dado un susto a los yanquis. Aún así, fue un partidazo...

Alberto Ginel Saúl -

¡Un partidazo, un partidazo!

Los yankees estuvieron a punto en algunos pasajes del encuentro pero al final se impusieron por su veteranía y su mala leche (joer con los triples, que pesaos, no fallaban ni uno). En todo caso un papel muy digno para los nuestros. Es una plata muy honrosa.

Lidia -

HOla

Ví una parte del partido que dieron el sábado en la 2, yo no lo recuerdo con demasiada claridad, era demasiado pequeña, creo que tenía como 9 años, ni tan siquiera sé si lo llegué a ver, o los recuerdos que tengo son de haberlo visto en las noticias, pero el partido de hoy no lo olvidaré, ha sido una dulce derrota, así da gusto verles jugar, me quedo como buena Extremeña de adopción con Calderon, como mejor jugador de la selección, pero todos son excepcionales, todos maravillosos, sobre todo me ha encantado el jugador con 17 años...
saludos