AUNQUE RAJOY SE VISTA DE SEDA...
Siempre me ha extrañado que ciertos astutos vendedores de camelos saquen fruto personal a la comunicación política, sobre todo porque nunca he entendido que dirigentes de partidos políticos a los que se les supone buen criterio prefieran ponerse en manos de oráculos externos antes que aprovechar su propia experiencia, además de la de sus compañeros.
En este sentido, el diario ABC amenaza ahora con cambiarle la cara a Mariano Rajoy, en lo que considera una necesidad (“Ahora o nunca”) para intentar acceder a la Moncloa…
Lo más chocante es que si el PP ganase las elecciones en 2012 (factible) y Rajoy hubiese cambiado antes su look (casi imposible), quien lo hubiese recomendado podría vivir de las rentas durante algunos años, por regla general gracias a la facturación de informes de dudosa legalidad a instituciones y empresas públicas y privadas.
Eso, aun cuando los estilistas que en esta ocasión asesoran a ABC se olvidan de un hecho en absoluto desconocido para quienes siguen la política: Rajoy lleva barba para esconder unas heridas que afean su rostro desde que en sus años mozos sufrió un accidente de automóvil…
Flipante.
6 comentarios
xiabre -
Franesco -
Alberto Ginel Saúl -
Franesco -
http://www.elpais.com/articulo/opinion/poco/honestidad/elpepusocdgm/20100214elpdmgpan_6/Tes
SIN NOMBRE: ¿A alguien se le olvidó añadirlo? No será a mí, porque precisamente lo quiero decir (y acaso no me he explicado bien) es que no creo que a nadie le importe el aspecto físico de Rajoy, sino la credibilidad que pueda transmitir. Y un cambio de imagen no ayudaría a darle más credibilidad, sino todo lo contrario. Porque aunque Rajoy se vista de seda, Rajoy se queda. Es decir, que ya lo conocemos...
sin nombre -
Basseta -
El enojo es la emoción que se experimenta cuando uno se siente objeto de una conducta injusta. Enojo, enfado, es la emoción que deberían estar experimentado hoy día muchos ciudadanos en el mundo no sólo ante la crisis económica a la que deben hacer frente si no, y quizá sobre todo, por la falta de honestidad, de integridad, por la intención de engañarles, que demuestran, una y mil veces, los responsables de esa crisis.
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