¿BUENOS PRESUPUESTOS?: SEGÚN LOS PACTOS
El gran problema con que se enfrenta el Gobierno no es otro que su minoría parlamentaria, que le hace depender de otros partidos para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, que si siempre marcan la política económica son aún más importantes en época de crisis. Es decir, que la sensación de “improvisación” en materia económica se debe a la decisión de no firmar un pacto de legislatura y apostar por la “aritmética variable”, que obliga a negociar cada votación, lo que algunos celebraban en abril de 2008 mientras otros ya lo considerábamos un error…
Así, había quien afirmaba que acceder a La Moncloa sin más apoyo que el de los diputados socialistas permitiría a Zapatero ser un presidente “con más autonomía, con menos hipotecas”; por el contrario, otros ya discrepábamos el mismo día de la investidura:
“En cuanto a los análisis, algunas voces opinan que dicha soledad parlamentaria es beneficiosa. No lo creo así: si hemos pasado 4 años oyendo hablar de la soledad del PP, es difícil ofrecer cierta solvencia intelectual y pretender darle la vuelta al argumento”
Así las cosas, el PSOE parece reclamar que sus militantes defiendan los Presupuestos Generales del Estado, mientras yo me pregunto: ¿cuáles? ¿Los que presentó el domingo la vicepresidenta económica? ¿Los que apenas un día antes apuntaba en la SER Pepe Blanco, que incluían una “tasa verde”? ¿Los que parecía iban a modificar el trato a quienes operan con las SICAV y, de momento, no lo hacen, aunque seguramente al final sí lo hagan? ¿Los que se puedan aprobar con apoyo del PNV u otros grupos, que modificarán los que ahora se pretende se defiendan?
En mi caso, soy de antemano favorable a los PGE que se aprueben, aunque no sean exactamente los que hubiera querido aprobar el Gobierno socialista, sino los inicialmente pergeñados más lo que incorporen los grupos políticos que los apoyen, ante los que sin duda habrá que ceder… Pero, precisamente por eso, lo lógico será apoyar los PGE una vez aprobados, en su versión definitiva y no en la provisional, ya que resultará estúpido pasar unas semanas defendiendo una cosa para, en una pirueta que siempre supone una merma de credibilidad, pasar a defender otra distinta.
Esto ya ha sucedido hace apenas unas semanas, con los 420 € para los parados que agoten sus prestaciones: el Gobierno fijó una fecha inicial y luego decidió anticiparla –en mi opinión, para bien–, para contar con el apoyo parlamentario de otras fuerzas de izquierda, además de la extraparlamentaria de los sindicatos. El problema es que los mismos que defendían una fecha pasaron a defender la otra, lo cual es incomprensible para cualquiera que tenga un mínimo criterio, que somos casi todos los españoles…
Esto parece no ser tenido en cuenta por el Gobierno (o por el partido), cuando mucho mejor nos iría si el presidente y secretario general se dirigiera a la opinión pública y dijera algo parecido a esto:
“Aprobaremos los Presupuestos que podamos... El PSOE tiene una idea clara de lo que quiere, pero tendremos que ceder en algo. Quienes hablan de improvisación parecen olvidar que no tengo mayoría absoluta, porque así lo decidieron los españoles, y debo gobernar con apoyo de unos u otros: y según quién los apoye así serán los presupuestos... Hay quien desde la derecha económica ha afirmado que si no puedo marcar mi propia política económica debería convocar elecciones, pero un país que sufre una crisis tan grave como la actual se condenaría a sí mismo si en vez de intentar salir antes de la crisis tuviéramos que ir a las urnas. Por ello, gobernaré hasta 2012 como los españoles han querido, que es en minoría, y llegado ese momento se juzgará lo que haya hecho”.
Y es que el ciudadano medio, lo crean o no algunos dirigentes o asesores, quiere que se le digan las cosas a las claras, sin medias tintas. De hecho, si hace año y medio, en el discurso de investidura, el presidente Zapatero hubiera dejado claro que la crisis iba a ser profunda y mucha gente lo iba a pasar mal salvo que el Gobierno socialista pudiera llevar a cabo una política económica que lo evitase, dicho ciudadano medio se hubiera puesto de parte del presidente y le habría dado vía libre, al menos en lo que a la opinión pública se refiere, para llevar adelante el programa económico que él hubiese querido.
No se hizo así y ahora tendremos que defender –y hasta celebrar– los PGE que se aprueben, sean los que sean: adelante, pues…
2 comentarios
Franesco -
Además, dejando las cosas claras sería mucho más fácil intentar el asalto a la mayoría absoluta...
Nicolás -