SEBASTIÁN, SENTENCIADO POR AYUDAR A CIU
Miguel Sebastián, ministro de Industria, Turismo y Comercio, ha arruinado hoy su carrera política (de antemano poco lucida) al burlarse públicamente de José Montilla, en un gesto que no creo sea perdonado por la militancia socialista catalana y la ciudadanía de aquellos pagos en general, ya que el ministro no sólo se ha reído del primer secretario del PSC, sino del president de la Generalitat.
Como ya repiten los informativos, a Sebastián, preguntado por la carta que le ha remitido el presidente catalán para explicarle la negativa de su Gobierno autonómico a acoger en su territorio el denominado cementerio nuclear, no se le ha ocurrido otra cosa que ironizar con la cuestión al decir a los periodistas que tenía gran “curiosidad” por leerla…
Semejante displicencia del titular de Industria para con el presidente elegido por 7 millones de ciudadanos por parte de quien siempre ocupó sus cargos por designación de otros (quizás fuera delegado de clase en sus años mozos, no lo sé), unido al hecho de que el presidente autonómico burlado se juega su reelección en 10 meses y es el líder político de la Federación regional del PSOE (ya sé que el PSC no forma parte del PSOE, ya, pero como si lo hiciera, porque vota en el Congreso Federal…) que más apostó por el secretario general y presidente del Gobierno; todo ello sumado augura que Sebastián saldrá del Gobierno en cuanto el presidente Zapatero tenga la oportunidad política de hacerlo, como ya ha sucedido varias veces con otros ministros.
Y es que ni siquiera una disculpa pública dirigida a Montilla y al conjunto de catalanes, algo que en mi opinión debería extenderse a Barreda y al conjunto de castellano-manchegos, librará al ministro de que cada vez que un militante cualificado del PSC se cruce con el secretario general del PSOE (cosa habitual durante la campaña electoral catalana) le pregunte con extrañeza: “Presidente, ¿por qué sigue Sebastián en el cargo?”.
Porque la cuestión de fondo, más allá de la inoportunidad del comentario del ministro, es que el rival político de los socialistas, CIU, no desaprovechará la ocasión para repetir que “Montilla permite que Madrid no respete al president de Catalunya”, lo cual parece cierto en esta ocasión…
Así las cosas, salvo que el tripartido conserve el Gobierno tras las elecciones (algunas victorias logran que se olvide todo lo malo), lo lleva crudo quien en su momento presumió de ser “un tipo único”, porque si algo ha demostrado José Luis Rodríguez Zapatero (y en muchos casos hace muy bien), como secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, es que no se casa con nadie…
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