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ME SABE MAL, el blog de @Franesco

INDEPENDENTISMO INSULTANTE

INDEPENDENTISMO INSULTANTE

Lo que más me molesta de las consultas independentistas que se celebrarán estos días en varios municipios catalanes no es la tensión política que generan, que una democracia como la española puede soportar sin mayores problemas, ni que algún día Cataluña pudiera llegar a ser independiente (¿qué más nos da a quienes no vivimos allí, si como es lógico el futuro Estado catalán se comportaría de forma democrática?), sino el evidente desprecio que demuestran sus organizadores por quienes todavía somos sus compatriotas.

 

Me explico: cada vez que uno de esos ciudadanos afirma que no es como los demás tengo la sensación de que lo dice no porque se considere diferente, que hasta pudiera ser, sino superior…

 

Es un deje de pretendida superioridad, política, económica o cultural que, además del natural hartazgo, me provoca hilaridad, porque no deja de ser la prueba palpable del escaso aprecio de algunos por su propia capacidad, dado que resultaría chocante que un pueblo tan europeo, moderno y avanzado hubiera sido incapaz de despegarse de otro inferior, como se supone se nos considera.

 

Quizás sucede que como no padezco ningún tipo de síndrome de Estocolmo, no soy capaz de apreciar a quienes no me aprecian…

 

Que los habitantes de España somos prácticamente idénticos, al margen de dónde hayamos nacido, hablemos uno o dos idiomas, comamos tortilla de patatas o lacón con grelos lo sabe cualquier extranjero que llega a nuestro país, por mucho que a algunos moleste reconocerlo y repitan hasta la extenuación los falsos tópicos sobre andaluces subsidiados, el atraso extremeño o el madrileñismo aprovechado.

 

Dicho lo cual, no niego el derecho de cualquiera a trabajar por la independencia, porque la nacionalidad no debe ser algo basado en la historia, sino en la voluntad: si algún pueblo quiere ser independiente de otro, trabaja para ello y suma voluntades, llegará el día en que pueda jugársela y lograr la independencia.

 

Eso sí: que no nos pidan que a partir de ese momento (e incluso desde ya) les respetemos, porque parecerán el típico miembro de una relación matrimonial fracasada que pese a divorciarse pretende seguir inmiscuyéndose en la vida de su ex pareja.

 

En el asunto del independentismo debe quedar muy claro que, como en cualquier matrimonio, si no nos quieren ahí tienen la puerta…

 

8 comentarios

Juan Julián -

Franesco, a lo que me refiero es a que la ventaja que podría sacar el tripartito, tanto dentro como fuera de Cataluña, por sus actuaciones, aplicando "política comparada" con otras comunidades, se pierden con estos brotes nacionalistas que cada vez queda más claro que interesan más a la caverna que a la población catalana.

xiabre -

yo ni caso le hago...hay cosas más importantes que me preocupan más

Franesco -

LEO: Sé que la cuestión nacionalista es un sentimiento y no pretendo imponer mi criterio, motivo por el cual no perderé ni un minuto en defender que Cataluña forme parte de España si la mayoría de los catalanes deciden algún día independizarse de forma democrática. De hecho, no me parece una barbaridad que un catalán se considere más parecido a un francés que a un andaluz, aunque yo no lo crea así, porque eso es cuestión suya, no del andaluz, ni por supuesto mía. Tampoco considero ilegítima la voluntad de independizarse y asumo que dicha voluntad es de quien la tiene; una voluntad que no creo deba basarse, como hace el españolismo rancio, en cuestiones históricas tipo Reyes Católicos o similares. En democracia, los catalanes deben poder ser lo que ellos quieran y tengo claro que Cataluña podría ser independiente (países más pequeños existen en la Unión Europea), porque dispone de medios suficientes para serlo: materiales, humanos, económicos, culturales, lingüísticos…

Lo que afirmo es que me desazona esa voluntad de separarse de algunos (no de reafirmar su sentimiento, ni su cultura, ni su autonomía, que es algo que sí entiendo), porque aunque tú afirmes que no se trata de un sentimiento contra nadie, sino a favor de, ese “a favor de” me resulta “en contra de”, en este caso de mi cultura. Por ello, al mismo tiempo que no haría nada para impedir que Cataluña se independizase, tampoco lo haría para tratar de forma preferente a quienes se independizaran: asumiría que esas personas son extranjeras porque ellas mismas lo han decidido, con todo lo que ello implique, y como tal las trataría a partir de entonces, en una relación que dejaría de ser de igual a igual y se basaría en intereses, como sucede con el resto de naciones.

JUAN JULIÁN: Eso también sucede, pero no lo creo lo más importante en este momento, sobre todo porque la política diaria no se detiene, se debata o no sobre ella.

DON AIRE: Es tu modo de verlo y, dado que estás más cerca que yo, me sirve de ayuda para hacerme una composición de lugar de cómo lo veis quienes estáis allí y estáis entre dos fuegos. Pero la sociedad está representada por el conjunto de la sociedad y ellos también son parte de dicha sociedad. E igual que a ti debe dolerte que haya quienes no admitan el bilingüismo o la autonomía catalana, a mí me duele este separatismo de quien no quiere caminar conmigo, sea o no igual a mí, que además no tiene por qué serlo…

En cuanto a las elecciones, ojalá el PSC aguante el embate, por supuesto. No soy de los que prefiere un triunfo de CIU que facilite la gobernabilidad del PSOE y prefiero correr el riesgo que supone el desgaste de explicar al resto de España que el PSC suma bastante más que resta. Suerte, por lo tanto, en la pelea.

DonAire -

Han votado a favor un 2,5% de Cataluña. Yo no le haría mucho caso y creo que lo mejor es la indiferencia. Lo que desean es que hablemos de ellos, pero no representan a la sociedad. Son una anécdota.

No sé si CiU llegará al poder; ya hablaremos. En todo caso, CiU ha apoyado las consultas y la mayor parte del núcleo duro (entre ellos, Artur Mas) se autoproclaman como independentistas.
El partido que mejor representa a la sociedad catalana es el PSC. Por eso, yo creo que Montilla volverá a ser el Presidente de la Generalitat, a pesar de la crisis.

Juan Julián -

El verdadero problema es que se evita el debate sobre la acción y las decisiones de la política diaria, centrándose en una exacerbación del sentimiento nacionalista que, como se vio en los referendums de ayer, no motiva a la inmensa mayoría de los catalanes

Leonard -

Amigo entiendo tu sentimiento y sé que es el de mucha gente. Los temas de identidad son muy comlicados. Yo no soy nacionalista y me siento tan español como catalán. Sin embargo muchos se sienten sobretodo catalanes, no importa que para tí sea más lo que une. Ellos se sienten así, tienen más afinidad con un francés que con un andaluz aunque a tí te parezca una barbaridad. Su legua, su cultura y su trayectoria les ha llevado a ese sentimimiento respetable como cualquier otro. Yo no votaría por la independencia de Catalunya pero me parece legitimo que haya gente que la defienda y que lo haga de forma pacifica. No es algo contra nadie es a favor de algo.

Franesco -

DON AIRE: Es probable que convenga ser indiferente, compañero, pero empieza a ser una cuestión de piel derivada del hartazgo de ver que mientras unos se dedican cada mañana a tocarte las narices otros hacen caso omiso al permanente insulto (sin ser extremeño, no olvido aquella imagen de los niños..., que tan poca crítica mereció por parte de algunos), porque al parecer es mejor no mentar la bicha.

Lo que algunos no llegan a entender es el flaco favor que dichos sujetos le hacen al natural sentimiento de amor por su cultura de los catalanes, que entiendo (como su defensa de la autonomía, muy oportuna), por no hablar del daño que puedan estar causándole a un tripartito progresista al que CIU se le acerca peligrosamente. Pero esto último a mí no me corresponde juzgarlo: quizás tras el regreso de CIU al poder (confío en que aún os dé tiempo a revertir lo que parece inevitable), algunos se den cuenta de que quien calla, otorga.

Porque reitero mi opinión: no respeto en absoluto a quien se dedica a meterme el dedo en el ojo; y no porque no acepte que alguien quiera ser independiente, sino porque no creo que se nos pueda pedir a quienes nos vemos señalados por su negación que, encima, les aplaudamos. Es más: desearía que esas gentes no fueran mis compatriotas y que si algún día la suya es la opinión mayoritaria, lograran la independencia...

Además, no dudo de que saldrían adelante, porque países más pequeños lo hacen sin mayores problemas y Cataluña dispone de todo lo necesario, empezando por capital humano, territorio suficiente, industria y buenas comunicaciones, salida al mar y aeropuertos. Lo que dudo es que lo hicieran con el cariño de quienos nos sentimos españoles.

Sé que a muchos no les importará, así que pueden seguir por ese camino, que en mi opinión está llevando a que en un referendum por la independencia mucha gente que se siente española (sin que eso signifique ser "españolista", lo cual es lo que parece no entenderse de un moo que no entiendo, porque yo sí entiendo que un catalán se sienta catalán) fuera precisamente la que optara por expulsar a quienes nos tienen tan poco afecto.

Saludos.

DonAire -

Yo, Francisco, no les daría más importancia. Ni caso. Cuanto más hablemos de ellos, más importantes se creerán. Son una minoría. Y lo saben. El mejor recurso es la indiferencia.