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ME SABE MAL, el blog de @Franesco

DE PESCA

DE PESCA

Sostiene la sociología antropológica que en toda organización humana contemporánea se mantienen las tipologías heredadas de nuestros ancestros. Quizás por ello, ante un Congreso del PSM, sea relevante conocer las características de los comportamientos derivados de las históricas categorías profesionales:

 

Cazadores: Asistentes activos, para conseguir sus propósitos o por mero divertimento disparan a todo lo que se mueve, cobrándose sus piezas y poniendo una muesca en su culata cuando alcanzan un objetivo. Quizás no consigan nada para sí, pero el placer de abatir la presa puede resultarles suficiente premio.

 

Pescadores: Interesados en llevarse algo a la bolsa, pero poco activos, lanzan su caña con la intención de que algo pique en su anzuelo. Madrugadores, pacientes y reflexivos, no les importa despreciar piezas pequeñas si saben que la corriente las trae más grandes. Cuando el sedal anuncia algo de interés, no se dan por vencidos por mucho esfuerzo que les suponga tirar. Eso sí: suelen exagerar el tamaño de las piezas cobradas.

 

Pastores: Trashumantes que conocen los diversos caminos para llegar al mejor pasto, su carácter solitario les hace esquivos. Conocen a la perfección a los componentes de su rebaño y siempre cuentan con un fiel perro pastor que les ayuda en la tarea.

 

Agricultores: Siembran hoy para recoger mañana, aun siendo conscientes de que el campo suele da poco fruto. Trabajan de sol a sol, con poco rendimiento, y suelen culpar a la naturaleza o a sus dioses de su falta de resultados. A veces tienen el consuelo de ser titulares de su pequeña propiedad, aunque a la mayoría le gustaría ser terratenientes.

 

Mercaderes: Conocedores de las necesidades de los demás, viven de su capacidad para intercambiar lo que otros generan, sabiendo elegir siempre el mejor producto. Captan rápidamente los cambios en los mercados y están siempre a la última, ya que tienen presente la caducidad de los gustos ciudadanos.

 

Hechiceros: Supuestos asesores del porvenir, conocen la desazón humana ante lo desconocido y, casi siempre por su mucha edad, pretenden ser transmisores de las experiencias pasadas. Guardianes de secretos conocimientos, no les importa inventarse teorías de difícil explicación, ya que el misterio de su oficio se basa en la credulidad de los demás. Su poder depende de su cercanía al líder, a quien intentan mediatizar.

 

Curanderos: Sabedores de la escasa perdurabilidad de la vida, son los encargados de resolver los problemas para los que los demás no encuentran solución. Si lo consiguen, son adorados por los enfermos; si no lo logran, entierran el problema y pasan a tratar a otros pacientes... Son un peligro si además juegan el doble papel de hechiceros.

 

Así las cosas, queda la duda del papel que jugaremos quienes gustamos de ser heraldos o pregoneros. Aunque, por si acaso, iremos con la caña preparada…

3 comentarios

Franesco -

Como bien sabes, compañero Prieto, en Madrid hay camaleones capaces de mutar de piel y de tipología profesional de un momento a otro, así que no me atrevería yo a catalogar a nadie, no fuese que nos llevásemos alguna sorpresa...

A lo que sí me negaré siempre es a ser "remero", de esos a quienes se les dice aquello de que "debemos remar todos juntos", y se lo dicen quienes nunca quieren dejar el timón...

En cuanto al CAZADOR DE TAMAYOS, ¿podrías dejar el anonimato? Igual podríamos compartir sabrosas informaciones...

José-Luis Prieto -

¡Buenísimo! Ahora sólo falta que alguien vaya poniendo nombres jajaja

CAZADOR DE TAMAYOS -

Sin duda, algunos vamos con la escopeta preparada...