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ME SABE MAL, el blog de @Franesco

TIEMPO DE SILENCIO

TIEMPO DE SILENCIO

Apenas dos días me ha ocupado la novela de Luis Martín Santos. La cogí con interés debido a la crítica y me ha decepcionado. No recuerdo haber visto la película que sobre la trama filmó Vicente Aranda, pero no puede ser peor que la novela...

 

En ella, un joven investigador sobre el cáncer en un laboratorio tan paupérrimo como la época (finales de los cincuenta), toma una (mala) decisión que le hace toparse con la miseria de las chabolas y de su propia vida, en lo que parece pretender ser una denuncia social de la España de la posguerra, cuando los (algo) más acomodados tampoco podían sustraerse a la (maldita) vida de un país pobre.

 

El estilo, más que barroco, es rococó. Y los párrafos son eternos y pesados. La Wikipedia sigue afirmando que Tiempo de Silencio está “considerada una de las mejores novelas españolas del Siglo XX”. La retórica pregunta es oportuna: ¿por qué?

 

Vale que en su momento la obra supusiera una ruptura con el estilo realista de la época, pero para que una creación supere el paso del tiempo, no basta con que sea transgresora; además, debe ser buena...

 

Lo cierto es que el autor, en quien destaca su militancia comprometida (llegó a ser miembro de la Comisión Ejecutiva del entonces clandestino PSOE), fue un erudito psiquiatra que murió joven y destacó por sus artículos ensayísticos sobre las materias que dominaba. Y, pese a lo que se lee, la novela no parece ser una de ellas.

5 comentarios

Irene -

"No recuerdo haber visto la película que sobre la trama filmó Vicente Aranda, pero no puede ser peor que la novela..."


El que empieza una crítica literaria así poco ha estudiado. La misma impresión que te dejó a ti se la deja a mil ignorantes más.

Franesco -

Es cierto, sí, la técnica narrativa se da un aire al Ulyses... Pero es que tampoco James Joyce me gusta, salvo en Dublineses.

Cuestión de gustos, claro.

Geógrafo Subjetivo -

Tengo la impresión de que la pretensión del autor, además de la temática, era la de recurrir a técnicas de narración nuevas para aquel momento (y para ahora también). Me gustaron especialmente los sarcasmos con los que establecía las comparaciones

Franesco -

Buenas, Geógrafo:

Ya ves, no me ha gustado nada; y eso que la cogí con ganas... Creo que Martín Santos trataba de construir una de esas novelas que pasan a la historia (de hecho lo consiguió, porque la crítica literaria lo sigue celebrando), pero creo que se excedió con la supuesta creatividad y no sólo por las parrafadas psuedocientíficas. Imagino que lo hacía para contraponer la mente de investigador solitario de Pedro (el protagonista) con la trepidante acción de las chabolas y los próstibulos, a fin de que asumamos que toda persona puede ser uno y muchos mundos a la vez y que en todas partes cuecen habas, pero ya te digo: creo que la obra se le fue desbocando poco a poco y que el "viaje" dio un resultado menos redondo de lo esperado.

En todo caso, quizás no sea tan mala y sólo se trate del típico caso de una expectativa no cumplida...

Por supuesto, celebro haber leído el libro, siquiera sea para poder comentarla con compañeros de fatigas como tú.

Un saludo.

Geógrafo Subjetivo -

Debo disentir de tu opinión. La leí cuando estaba en el COU, como una de las diez lecturas obligatorias de Literatura. Me costó al principio, pero conforme avanzaba las páginas la redacción, que te ha parecido rococó, terminó cogiéndome hasta el punto de embuirme. Lamento que no te haya gustado.