ABSUELTO PESE A ASESTAR 57 PUÑALADAS
Desde que conocí por un infumable programa de debate televisivo el caso del joven absuelto a pesar de reconocer que mató a otros dos varones de su edad, he tratado de conocer más detalles sobre el suceso. Unos hechos poco claros que algunos medios se han encargado de oscurecer más, ya que han centrado la polémica en la supuesta homofobia del jurado popular, dada la condición de homosexuales de las dos víctimas, o en las 57 puñaladas que sufrieron los muchachos. Y no parece que ambas cuestiones deban centrar el caso...
Aclaro que no me creo la versión ofrecida por el absuelto, que además tiene una cara de psicópata que echa para atrás, pues los testimonios de diversas personas que estuvieron la tarde-noche de autos en la casa donde sucedieron los hechos indican que el homicida pasó varias horas en la habitación en compañía de uno de los apuñalados, lo cual presupone que debieron mantener relaciones sexuales, así que es probable que las puñaladas las motivara el mero deseo de delinquir.
Pero ese no es el quid de la cuestión; lo importante es la nula consistencia de las dos cuestiones que han centrado la atención de los medios:
a) La psicología forense suele fijarse en la primera puñalada, no en las 56 siguientes, que pueden estar motivadas por la liberación de adrenalina que sigue a la primera.
[Para entendernos, según la típica imagen de película: un sujeto que está siendo estrangulado, tumbado de espaldas sobre el suelo, estira la mano y coge las tijeras que siempre se hallan a mano en estos casos (hablamos de películas), hasta que consigue clavarlas, una y otra vez, en la espalda del estrangulador, mientras grita por la mezcla de tensión y excitación que le provoca notar que la presión sobre su cuello aminora... En dichas situaciones, es habitual que quien clava dichas tijeras realice innumerables incisiones, no una o dos, sino quince o veinte, porque una vez derribado el estrangulador quien al principio era víctima y de repente se convierte en agresor sigue clavando y clavando, no con ánimo de causar daño añadido, sino porque en una situación tan estresante, simplemente, no puede frenar.]
b) Al jurado popular, acusado de homófobo, lo imaginaba compuesto por una decena de caballeros de edad, bastante carcas ellos, hasta que supe que en él sólo había dos hombres y que los otros siete miembros eran mujeres.
Lo relevante es que, en el juicio, el homicida no negó los hechos, sino que argumentó que, tras pasar desde las cuatro de la tarde hasta las dos de la madrugada consumiendo cocaína junto con uno de los fallecidos, a quien había conocido en un bar, se volvió loco cuando vio que el otro amigo que residía en la misma casa se presentaba desnudo portando un cuchillo, con intención de violarle. Él le quitó el arma y con ese mismo cuchillo comenzó a apuñalarle (22 incisiones), víctima del pánico, hasta que apareció el primer amigo, el mismo con quien había pasado la tarde en su habitación, que tras enfrentarse a él sufrió incluso peor suerte (35 heridas o cortes)... Después de que los dos jóvenes murieran, el homicida se calmó, pensó en salir de la casa sin confesar lo sucedido, se curó algunas heridas sufridas en la doble pelea, se duchó para limpiarse la sangre, roció de alcohol el suelo del domicilio y los cadáveres, prendió fuego a la casa, abrió la espita del gas y se llevó en una maleta diversos objetos, quizás para aparentar un robo.
Así las cosas, el acusado no negó haber matado a la pareja de amigos, sino que, según su línea de defensa, actuó movido por “un miedo insuperable a ser asesinado y violado, víctima del pánico, fuera de sí dado el estado de intoxicación en el que se encontraba”, lo cual fue aceptado por el jurado popular, que absolvió al joven por las muertes aunque lo condenó por el incendio; por su parte, el abogado de la acusación, que parece no haber entendido el fondo del asunto, explicó tras el fallo parcialmente absolutorio que “si la víctima hubiera sido una mujer el resultado habría sido distinto”...
En definitiva, el jurado (recordemos que compuesto por una mayoría de mujeres) creyó la tesis de que el absuelto temía ser agredido sexualmente: que dos hombres de 27 y 32 años, con suficiente fuerza dada su complexión y la superioridad numérica, pretendían violar de madrugada a uno solo, y que éste se defendió con la misma arma con que era amenazado... Pero va el acusador y afirma, quizás para enmascarar su errática argumentación jurídica, que si las víctimas hubieran sido mujeres el resultado habría sido distinto... ¿Distinto? No sé si refiere a que los dos muertos hubieran sido mujeres o a que lo fuera el homicida... En el primer caso, la cosa estaría clara, dado el sentir popular: ¿dos mujeres quieren acostarse con un hombre y éste las mata? ¡Seguro que es un criminal! En el segundo, que es al que parece referirse el acusador, también: ¿Una mujer apuñala a dos hombres de 27 y 32 años que pretenden agredirla, en casa de ellos? ¡Se lo tenían merecido! ¿57 puñaladas? Es que la pobre muchacha perdió el control una vez asestó la primera, presa de los nervios...
Ahí aparece lo que aparentemente se trata de enmascarar: que el abogado defensor, al que imagino muy buen profesional, debió explicarle a su defendido que con un jurado compuesto por siete mujeres y dos hombres debía tratar de que no se le viera como un hombre, sino como a una persona en situación de debilidad, que en muchas ocasiones suele ser una mujer, para que la mayoría femenina del jurado se pusiera en su lugar. Y debió concederle bastante credibilidad a su relato, que debió de ser de esta índole:
“En el After Hour conocí a un camarero, un chico joven de mi edad, muy simpático, que me invitó a varios cubatas y varias rayas; nos hicimos amigos y me fui con él a su casa; seguimos poniéndonos ciegos de cocaína y cuando me quise ir, su amigo y él mismo me quisieron violar, armados con un cuchillo... Yo no sabía ni que eran homosexuales ni, por supuesto, que fueran tan violentos... El caso es que me asusté tanto que, tras arrebatarles el cuchillo, me defendí como pude, a puñaladas, presa del pánico. ¿Hice mal, señoras y señores del jurado? Por supuesto... Y me arrepiento y lamento las muertes, pero era lo único que podía hacer, porque eran dos contra uno y sus intenciones estaban claras: eran muy peligrosos, porque estaban drogados y venían hacía mí, desnudos, con un cuchillo en las manos, en actitud amenazadora, como perros rabiosos... Póngase en mi lugar, señoras y señores del jurado, y condénenme si piensan que debería haberme dejado violar; pero absuélvanme si piensan que ustedes también se habrían defendido caso de estar en mi misma situación...”.
Y parece que la mayoría de mujeres se pusieron en su lugar, aunque no por ser homófobas precisamente.
9 comentarios
charlie, o terror das nazis -
Buena pregunta. Sera que no se han dejado?
Como no lo sabemos, ahi tienes una buena oportunidad periodistica. La noticia puede ser la propia entrevista, o la respuesta a la peticion, por ejemplo si no se dejan.
Franesco -
charlie, o terror das nazis -
Franesco -
Lo tengo clarísimo.
charlie, que no entiende na -
Franesco -
JORGE: Lo vergonzoso es que usted sea tan atrevido de opinar sin leer. Yo no tengo la culpa de que no haya sido capaz de entender mi reflexión, que no es favorable al acusado absuelto, pese a lo clara que era. De hecho, le repito aquí el segundo párrafo: "Aclaro que no me creo la versión ofrecida por el absuelto, que además tiene una cara de psicópata que echa para atrás, pues los testimonios de diversas personas que estuvieron la tarde-noche de autos en la casa donde sucedieron los hechos indican que el homicida pasó varias horas en la habitación en compañía de uno de los apuñalados, lo cual presupone que debieron mantener relaciones sexuales, así que es probable que las puñaladas las motivara el mero deseo de delinquir".
¿Qué más hay que añadir?
Lo que afirmo es que se está tratando de hacer ver que un jurado mayoritariamente femenino absolvió a un asesino porque las víctimas eran homosexuales, cuando no es así... Lo absolvió porque las mujeres se pusieron en su lugar, la de una persona (mujer u hombre) que en solitario es abordada o presuntamente abordada por dos hombres, y que presa del pánico apuñaló a sus agresores tras arrebatarles el arma con el que querían matarle a él. Y que el hecho de que tirara una puerta donde se había refugiado una de las víctimas no cambiaría la situación de legítima defensa si fuera cierto que el intento de violación inicial era real (que yo no me lo creo) y que éste intento había provocado en el absuelto un cuadro de enajenación mental transitoria, que es lo mínimo que te puede pasar si es cierto que hay dos tipos que pretenden violarte en su casa, armados con un cuchillo. ¿O una vez que te haces con el cuchillo del agresor inicial lo que hay que hacer es salir corriendo?
¡Cada día pienso más que hay gente que vive con una idea y no la suelta ni aunque nadie se la discuta!
Por cierto: yo también milito en el partido socialista, y por eso tengo cierto respeto por lo que opinan los demás. Por lo menos, me leo bien sus escritos.
Saludos.
Jorge Escobar -
¿tirar una puerta tras la que se había refugiado una de las víctimas para pedir auxilio y terminar de degollarle,es autodefensa?
Milito en el partido socialista y le aconsejo leer de vez otras fuentes y por supuesto una reflexión más profunda.
Saludos.
charlie, o terror dos nazis -
Ventanas del Falcón -