ARIADNA
Esta tarde he asistido a una brillante representación teatral por parte de la compañía Atalaya, inscrita en el programa del Centro Andaluz de Teatro de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. La obra, ARIADNA, con texto escrito por el fallecido Carlos Iniesta a partir de extractos de Marina Tsvietáieva, Nietzsche, Ovidio, Von Hofmannstahl, Catulo y David Pujante.
La puesta en escena es magnífica pese a (o precisamente por) su sobriedad —apenas una lona móvil sirve al mismo tiempo de escenario-isla y techo del laberinto en el que Teseo vence al minotauro gracias al hilo facilitado por Ariadna—, y tres actores (bien) y cinco actrices (mejor) completan una exigente actuación compuesta de interpretación, canto y baile.
El sonido y la iluminación acompasan a la perfección la narración, que se centra en Ariadna como protagonista de una historia de continuo desapego a la figura varonil, desde la traición a su padre para facilitar la salvación de Teseo hasta el desprecio final a Dionisos, quien pretende convertirla en diosa a cambio de dejarla encerrada de por vida en la isla de Naxos (“jaula de oro”), actitud contestada con el despecho de Teseo, quien no luchará por su amada una vez el dios del éxtasis se encapriche de ella. “Nunca te fíes de la palabra de un hombre”, vienen a decirle las vestales de Afrodita.
Ariadna acabará su periplo, como empezó, mostrando independencia: “Ni los dioses soportan estar solos”. Y se suicida...
2 comentarios
Silvia -
Alex -
Siempre me gustó esa frase.